domingo, 6 de marzo de 2011

Rayada

Yo sabía que mi felicidad no me duraría toda la vida, pero solo me ha durado un día. Mi pompa en la cual estaba solo me ha durado hasta que me levanté de la cama esta mañana.
Ahora estoy destrozado y no sé porque me ha sucedido lo que hoy me ha pasado: Estoy de bajón.
Lo único que me apetece es estar acostado en mi cama. Tengo un peso encima el cual no me deja estar de pie. Creo que la felicidad que ayer sentí fue todo química, un periodo de reacción atípico en mi, porque parece que estaba drogado, me reía sin venir a cuento y no tenía sentido del ridículo: bailaba en medio del pasillo sin saber por que, aunque me daba vergüenza que alguien pudiera verme. Ahora me caigo del sueño, lo único que quiero es llegar a casa y pillar la cama.

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