Kilómetros me separan de ti.
Desearía que estuvieras aquí, y no allí, ya que vives lejos de mi, yo tengo ganas de ti.
Desearía conocerte en persona y poder hacer todo lo que me me imagino en mi mente, aunque estas lejos, el poder de mi mente es enorme y he llegado a sentir muchas cosas, que si estuvieras conmigo se intensificarían.
Deseo con ganas ese encuentro, me da igual si aquí o allí, pero quiero que se produzca ese encuentro.
Aunque la distancia también es acompañada por el tiempo.
Tiempo, te maldigo, no sabes lo mal que lo paso.
Las horas, minutos y segundos se convierten en años, décadas y siglos.
Cada vez que hablo contigo el tiempo se vuelve lento, pero cuando no, la espera se hace larga y ansiosa.
Soy capaz de sobrevivir a este tormento, pero, ¿Hasta cuando lo voy a soportar?, espero que sea poco.
Me crispan las conversaciones a medias, aquellas en las cuales si no te responden, te quedas a la mitad y si eso lo unimos a los kilómetros y el tiempo, pues imagina lo que siento.
Espero estar junto a ti pronto, y saber lo que se siente al tocarte, al acariciarte, al rozarte, al besarte...
Kilómetros y tiempo, ¿Por qué me castigas de esta forma?
¿Me lo podéis explicar? ¿Qué os he hecho yo?
Algún factor siempre está en contra, pero siempre se soluciona.
Solo pido una semana, o quince días, ¿Es tanto pedir?, pero, cuando acaben esos días, querré tener más, y cada vez más y más.
En fin, el destino nos puso en el mismo camino, por algo será.
Futuro, nunca podemos saberlo que pasará, hasta los planes mejores planificados se estropean, puedo imaginar que pasará, pero hasta que no sea presente, nada de nada.
Estar contigo en mi sueño, que espero cumplir.
Te deseo MDW.
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