Hoy, no soy capaz de encontrar las palabras adecuadas para poder comunicar todo lo que pienso.
Hoy, no tengo la cabeza donde debo de tenerla.
Hoy no me creo que lo nuevo que he vivido, lo he experimentado yo solo.Hoy estoy ansioso porque el tiempo corra, aunque me perderé este tiempo para relajarme.
Hoy tengo un cacao mental, que no me deja ver claramente lo que quiero, pues la indecisión, no me deja aclararme, vaya estado el que vivo ahora.
Hoy, sentía que hacía varios días que mi musa no me acompañaba, no sé donde se metió, se escondió de mi para jugar al escondite, debido a lo traviesa que es, a mí no me ha hecho gracia, te he estado buscando, cansado de mirar aquí y allá, lo tomé por perdido. Me diste una sorpresa cuando me tocaste con tu dedo índice mi hombro, cuando estaba de espaldas a ti. Me di la vuelta, te vi, pude apreciar que eras tú. Mi musa, te reíste, el sonido de tu risa, era como un hilo fino, como las gotas de rocío en frágil tela de araña, me miraste, me diste un beso en la mejilla, te sonrojaste y te fuiste dando un salto, para huir de mi, pero no pudiste, no tomaste suficiente impulso, observé el vuelo de tu vestido blanco, me hipnotizaba, el viento jugaba con el, en mi retina se quedó grabada los instantes en los cuales aterrizabas suavemente sobre la punta de tus dedos, observaba como te alejabas de mi, también como el viento jugaba con tu melena morena, hacía remolinos, dibujaba unos tirabuzones que aunque solo duraron unos segundos, se pudo apreciar unos remolinos, que trazaron unos perfectos muelles, que se estiraban y se contraían.
Mis ojos no creían lo que veían, te dejaba escapar, no podía permitírmelo, tenía que correr detrás tuya, alcanzarte, tocarte, dejar que mi mano recorriera tu cuerpo, empezando por tu cuello, pasando por tu hombro, que me permitió hacer el recorrido que sigue tu brazo, para al final encontrar tu mano, tus dedos se rozaron con los míos, surgió un calambre, que hizo que nuestros dedos se contraigan, tu mano y la mía se unieron, supiste lo que quería de ti, te dejaste hacer, yo tomé la situación, me acerque a tu cara, para encontrar entre tu cabello, tu oreja, me acerqué a ella, y a través de mis cuerdas vocales, salieron un "Te quiero, te deseo, te amo", tus labios carnosos se dirigieron a mi cuello, me diste un largo beso que se extendió hasta detrás de mi oreja, escuché un: "Cierra los ojos, iremos a un lugar cerca del agua."
Cogiste el cinturón que recorría tu cintura, la acercaste hasta mis ojos, y con delicadeza, lo usaste a modo de venda, acto seguido, sentí como nos fusionamos en uno, cuando acercaste tus labios junto a los míos, nos besamos, sentimos como la energía fluía entre nosotros, el dulce sabor a miel de tus labios duró poco, puesto que me apretaste fuerte la mano, y te seguí, no sé a donde íbamos, pero sentí entre los dedos de mis pies los granos de una blanca arena.
Nos detuvimos, me abrazaste, me ayudaste a tumbarme en el suelo, me susurraste que me quitara la camisa de seda, te hice caso, acto seguido, me di la vuelta para tumbarme boca abajo. Algo frío y húmedo empecé a sentir por mi espalda, sentí como a mitad de la espalda estaban los hielos, pero en cambio, tus manos estaban sobre la zona alta, notaba como la yema de tus dedos se deslizaban hasta alcanzar los tozos fríos que dejaste reposar, estos se convertían rápidamente en agua, no sé cómo, ni por qué, pero esa sensación suavemente recorrió toda la espalda, no tardo el hielo en convertirse en agua, que relajado estaba, te cogí de imprevisto, te mordí tus frágiles labios, te subiste encima mía, ricamente nos fusionamos, perdimos la cuenta de los besos, pero con seguridad se que fueron muchos, tardó mucho hasta que te pusiste a mi lado, y con mi brazo cubrí tu cuerpo, para evitar que te rompieras en mil trozos.
Gracias a Javi Dinozzo, por ayudarme cuando me quedaba en blanco.
Me encantó. Hace unos años yo también escribía estas cosas, ¿es inventado, un sueño o algo que te paso?
ResponderEliminarEs inventado... :D
ResponderEliminaresa chica es la inspiración.