Es una experiencia nueva, gratificante y nueva para mi, pues nunca había dormido de esta manera, estas veces que he dormido con menos ropa, mi apetito sexual a aumentado en esas noches, debido a que el roce de las sábana, el frío o el cumplir una fantasía, ha debido estimularme, pero solo la mitad, pues se hubiera cumplido del todo si en estas ocasiones hubiera dormido con mi pareja, el caso es que como todo hombre sufre, y tonto de mi si es lo más natural y bonito, el despertarse y observar que se ha improvisado una tienda de campaña, que cuando me di cuenta pensé: Uff, vaya mástil más duro está soportando el peso de la sábana nórdica ¿no?
Mi apetito sexual iba en aumento cuando pensaba lo que podía hacer con mi pareja si en aquel preciso momento, en los susurros en la oreja, en los besos que serían comienzo de juegos con la lengua, que van a parar en el cuello, el sube y baja por este, que luego son acompañados por pequeños mordiscos. Pasa poco tiempo para que los dos empecemos ha producir pequeños gemidos, rápidamente pasamos a explirarnos con las manos y los labios.
El morbo aumenta cuando son en zonas casi visibles, y tenemos que mantener el silencio para eitar el ser descubiertos, nunca nos ha pasado, solemos estar medios vestidos por si nos descubren y tenemos que salir corriendo, pero de momento no ha sucedido.
En conclusión, voy a tener una primavera, y aún más, un verano, en los que voy a estar muy cachondo.